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TDAH 2019-05-22T08:54:43+00:00

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

TDA /TDAH.

Todas las personas en algún momento de la vida tienen dificultades para permanecer sentados, prestar atención o controlar sus impulsos, y eso es normal. Pero, para algunos niños y adolescentes esto es un auténtico reto, la dificultad que tienen es tan manifiesta y persistente que condiciona su relación con los demás, su capacidad de adaptarse al entorno escolar y familiar y obstaculiza su desarrollo personal.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no es un trastorno de reciente aparición. Aunque se le ha denominado con diferentes nombres, se encuentran referencias sobre él en la literatura médica desde hace más de 100 años.

Los síntomas nucleares del TDAH son: Inatención, Hiperactividad e Impulsividad.

Al niño con déficit de atención se le suele describir como despistado, que por descuido comete errores en las tareas escolares y parece no escuchar cuando se le habla. Tiene dificultades para mantener la atención en clases, conversaciones o lecturas prolongadas, con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas. Presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos, así como pierde continuamente cosas necesarias para sus actividades (material escolar, gafas, llaves, móvil, instrumentos, etc). Al niño con déficit de atención le es muy difícil planificar sus tareas cotidianas, distrayéndose ante cualquier estímulo.

El déficit de atención suele aparecer generalmente cuando se inicia la etapa escolar, debido a que se requiere una actividad cognitiva más compleja. Por lo general, persiste de forma significativa durante la adolescencia y la edad adulta, expresándose de diferente forma según las actividades requeridas, pero, en cualquier caso, la falta de atención no se corresponde con el nivel de desarrollo alcanzado por el individuo.

El niño con hiperactividad e impulsividad también suele ser descrito como un niño con un nivel de actividad motora elevado, que mueve frecuentemente manos y pies, con dificultades para mantenerse sentado o quieto cuando es necesario («como si tuviera un motor por dentro»), impaciente, impulsivo, y que suele hablar mucho, excesivamente, interrumpiendo conversaciones o contestando antes de que terminen de hacerle la pregunta. Hace ruidos constantemente, incluso en actividades tranquilas, cambia de actividad sin finalizar ninguna y tiene dificultad para relajarse. Puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso, con frecuencia le es difícil esperar su turno en una cola; en adolescentes y adultos pueden inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros.

La hiperactividad es probablemente más fácil de distinguir que la falta de atención y puede manifestarse de diferentes maneras en las diferentes etapas de la vida, pero los síntomas permanecen al llegar a la adultez.

Habitualmente el TDAH se presenta junto a otros trastornos, como el trastorno de conducta, trastornos de ansiedad, tics, problemas de aprendizaje, etc. Debido a esto y a las serias dificultades con las que han de lidiar los niños, su autoestima puede verse dañada, por ello, el TDAH ha de considerarse como un trastorno que puede tener un impacto general en la vida del menor y no solo en sus dificultades escolares.

La detección temprana facilita el tratamiento adecuado del niño.  La terapia es un pilar fundamental en su evolución, y también es importante el apoyo y orientación familiar.