Infanto-juvenil
La especialidad de la Psicología Infanto-Juvenil tiene como objetivo principal el bienestar de los niños y niñas, de los adolescentes y de los jóvenes.
Las sesiones de terapia infantil se construyen como un espacio de crecimiento para el niño, un lugar donde incorporar nuevas habilidades para relacionarse con los otros, para comunicarse, para identificar y expresar sus sentimientos y emociones. Según la edad del niño se adapta el lenguaje y la forma de trabajar, es frecuente el uso del juego, la pintura o la música.
A lo largo del desarrollo infantil se suceden una serie de cambios que ocurren más o menos a determinadas edades, detectar tempranamente síntomas es un pilar importante para el futuro del menor. La intervención incluye, naturalmente, orientaciones a los padres desde la premisa del objetivo compartido: el bienestar del niño y su salud.
Los adolescentes y jóvenes por su parte, manifiestan unas necesidades específicas propias de la etapa por la que transitan. El desacuerdo con la familia, el malestar en las instituciones educativas, la tristeza, irritabilidad o apatía ante eventos determinados suelen ser alguno de los motivos frecuente de consulta.
La terapia psicológica con adolescentes y jóvenes es una fuente de riqueza personal. Ofrecerles asesoramiento y soporte, facilitar su autoconocimiento, disminuir el malestar, potenciar su desarrollo personológico, aumentar su capacidad reflexiva y ayudarlos a resolver sus problemas es un objetivo central de la intervención.
En ocasiones, los eventos vitales estresantes son los que precipitan la aparición de síntomas que ocasionan un malestar significativo y obstaculizan el normal funcionamiento del menor o del joven interfiriendo en sus relaciones de amistad, en su rendimiento escolar, o en las relaciones familiares.
En nuestro centro encontrarás especialistas en Psicología Infanto-Juvenil capacitados para acompañar a tu hijo/hija con las dificultades que presenta.
Alguno de los problemas que abordamos son:
Fobias, depresión, baja autoestima, celos ante la llegada de un hermano, situaciones tras el divorcio, duelo, trastornos de ansiedad, dificultades de adaptación, trastornos del sueño.
Adaptarnos a las necesidades de los niños, adolescentes y jóvenes, más que un deber, es un placer, es un compromiso con sus padres y con la vida futura.