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Agorafobia 2019-05-22T08:31:39+00:00

Agorafobia

El cuadro agorafóbico viene definido como el conjunto de comportamientos fóbicos que tienen en común un temor a lugares públicos y el alejamiento de todo aquello que proporciona seguridad.

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La Agorafobia es un conjunto bastante complejo de temores, constituye uno de los síndromes fóbicos más comunes e incapacitantes en la clínica. El cuadro agorafóbico viene definido como el conjunto de comportamientos fóbicos que tienen en común un temor a lugares públicos y el alejamiento de todo aquello que proporciona seguridad. Son especialmente temidas aquellas situaciones que suponen un alejamiento de casa y de la familia, siendo estímulos típicos que producen temor los lugares cerrados, los espacios abiertos, los viajes en autobús, metro, coche; y las situaciones tales como cruzar calles, estar solo en casa, salir a la calle, acudir a lugares concurridos como cines, supermercados, restaurantes, salas de fiesta, subir en un ascensor, etc.

Las personas que padecen agorafobia, lo que realmente temen son las situaciones en las que las vías de escape o salida no son fáciles, o en las que sería difícil recibir ayuda en caso de presentarse síntomas de pánico, de ahí el amplio abanico de situaciones temidas y evitadas.

La agorafobia puede llegar a ser muy incapacitante, interfiriendo gravemente con el funcionamiento familiar, laboral y social del sujeto, que en muchos casos ve restringida su movilidad a los límites de su casa o a situaciones en las que puede estar acompañado.

Algunos autores destacan la fobofobia o miedo al miedo como un componente esencial en el cuadro agorafóbico, si bien este síntoma no es específico de la agorafobia ya que también está presente en las fobias sociales y específicas.

El cuadro clínico comienza habitualmente con un episodio de pánico que acontece fuera de casa y que se reduce cuando el paciente escapa de la situación. Ello tiene como consecuencia que el paciente empiece a llevar a cabo conductas de evitación con respecto a la situación en la que experimentó la crisis de pánico, y que por generalización puede ir abarcando nuevas situaciones. El componente cognitivo es importante debido a la anticipación de las crisis y de las consecuencias desastrosas.

Actualmente, los tratamientos que tienen un mayor éxito son los que combinan tratamiento psicológico y farmacológico.