Esquizofronia y Psicosis
Se caracteriza fundamentalmente por una pérdida del contacto con la realidad
La Esquizofrenia es uno de los trastornos mentales más complejos. Se caracteriza fundamentalmente por una pérdida del contacto con la realidad, existiendo una división entre lo que uno cree y piensa y el mundo real, lo que provoca un deterioro grave de la identidad y autonomía personal.
La Esquizofrenia tiene un origen multicausal, intervienen factores de tipo genético, fisiológico, y eventos estresantes socioambientales que se interrelacionan e influyen en la aparición de la enfermedad y especialmente en las recaídas. Suele aparecer entre los 15 y los 30 años de edad y no existen diferencias entre sexos.
Es posible identificar diferentes síntomas en el curso de una Esquizofrenia:
- Delirios: creencias fijas y falsas que no son susceptibles de ser modificadas incluso con pruebas en su contra. Se mantienen firmemente a pesar de que no son consistentes con la cultura de la persona.
- Alucinaciones: percepciones sensoriales que ocurren sin la presencia de un estímulo externo. Pueden ocurrir con cualquiera de los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto o tacto)
- Trastornos del pensamiento: Maneras inusuales o disfuncionales de pensar. Una de esas formas se llama “pensamiento desorganizado”, que ocurre cuando una persona tiene dificultad para organizar sus pensamientos o para conectarlos lógicamente, puede hablar de una manera confusa y difícil de entender. Ocurre también que se inventan nuevas palabras, así como repentinamente pueden dejar de hablar a mitad de lo que estaban diciendo.
- Sintomatología negativa: Se relaciona con la ausencia de signos de expresividad emocional, muestran falta de motivación y energía, incapacidad para disfrutar de actividades previamente satisfactorias, aislamiento social, incapacidad para iniciar cualquier tipo de tarea o de finalizarla.
- Las manifestaciones cognitivas hacen referencia a la capacidad de concentración y aprendizaje en general.
El diagnóstico de la esquizofrenia es uno de los más complicados en el campo de la psiquiatría, incluso para los profesionales. Se recomienda la visita a un psiquiatra que pueda evaluar y proponer un plan de tratamiento. La Esquizofrenia es una enfermedad de evolución crónica, con lo cual no es “curable” tras el consumo de algún fármaco o tras realizar técnicas específicas. No obstante, se ha demostrado que con un tratamiento farmacológico adecuado, con un correcto seguimiento y atención psicológica, es posible anular o disminuir los síntomas de modo que la persona pueda tener cierta normalidad y buena calidad de vida.