Ansiedad
La ansiedad es un mecanismo de defensa, una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Incluye factores cognitivos, fisiológicos y motores.
La respuesta de ansiedad puede ser producida por estímulos externos, situacionales, o inherentes a la persona, como los pensamientos, ideas, o imágenes; los que son percibidos por el individuo como peligrosos y amenazantes. El tipo de estímulo capaz de evocar la respuesta de ansiedad vendrá determinado en gran medida por las características del sujeto, variando de uno a otro.
El límite entre la ansiedad normal y patológica se detecta por la intensidad, duración y cantidad de estímulos capaces de evocar la respuesta de ansiedad. Así, si una persona ante un estímulo neutro y poco peligroso en sí mismo, experimenta una fuerte activación emocional percibida como angustia e inquietud; ocasionando dicho malestar una interferencia para realizar sus actividades de la vida cotidiana y esto se mantiene en el tiempo, se puede afirmar que estamos en presencia de un cuadro de ansiedad que requiere de intervención especializada.
Las personas que sufren ansiedad presentan una serie de distorsiones de pensamiento en las que tienden a interpretar las situaciones como peligrosas (pérdida, daño, enfermedad o muerte), y suelen cometer cuatro tipos de errores a la hora de procesar la información:
- Sobreestimación de la probabilidad de que un evento temido suceda.
- Sobreestimación de la gravedad de un suceso temido y sus consecuencias.
- Subestimar la capacidad de afrontamiento de la persona.
- Desestimar la posibilidad que otros te ayuden.
Existen diferentes clasificaciones dentro de los trastornos de ansiedad.
Tipos de ansiedad: Trastorno de Ansiedad por Separación, Fobias, Trastorno de Pánico, Agorafobia, Ansiedad Generalizada.
